Los maestros del futuro muestran en este vídeo la educación que quieren ayudar a construir. El audiovisual «Querido profe… Lémbrate de min» ha sido creado por alumnos de la Facultad de Educación de la Universidad de Santiago (USC). Estos estudiantes envían un mensaje a los docentes que serán dentro de unos años para que recuerden las esperanzas e ilusiones que tienen actualmente. Este vídeo, es muy recomendable para los docentes actuales que pueden verse reflejados en las ilusiones y esperanzas de sus futuros compañeros. El audiovisual es el resultado del trabajo de alumnos de Francisco Chas del Departamento de Didáctica y Organización Escolar de la USC.
Todo esto comenzó un día normal de universidad en la ciudad gallega de Santiago de Compostela, en una clase de la materia de “Observación y Análisis: Escuela y Contexto”, impartida por el profesor Francisco Chas.
Habíamos visto el documental “La Educación Prohibida” y el profesor nos propuso que, de manera totalmente libre, mostrásemos lo que se había movido dentro de nosotros, usando los medios que quisiéramos. Es decir, se nos presentaba una oportunidad con la que pocas veces se encuentra un universitario a la hora de realizar un trabajo: total libertad y uso “explosivo” de la creatividad.
La facilidad con la que este documental nos había hecho reflexionar era evidente; lo difícil era pensar de qué manera podíamos plasmar tantos sentimientos, emociones y pensamientos.
Sin embargo, lo difícil se resolvió al tocar la campana. Fueron pocas las ideas que se nos habían ocurrido hasta ese momento, cuando, un miembro del grupo se acordó del famoso vídeo de “Querido yo a los 17” (inspirado en Dear 16-year-old Me). Tras el visionado del vídeo, decidimos inspirarnos en él, pero desde otro enfoque, dirigiéndonos al futuro, recordando las buenas cosas de nuestro pasado y experiencias escolares. Y desde ahí nos planteamos: ¿Por qué no hacer algo que además de ayudar a otros docentes a reflexionar, nos ayudase a nosotros en un futuro? ¿Qué nos gustaría decirnos en unos 10 años? Boli y papel en mano, frases y frases surgían de nuestras reflexiones cargadas de sentimiento, ilusión, recuerdos… Había que ordenarlas y otorgarles un sentido, una experiencia, una verdad. Todos juntos: Teresa, Belén, Paula, Maricarmen y Martín; haciendo uso de nuestra imaginación, echando fuera todas nuestras ideas y pensamientos de lo que creemos que sería una educación mejor.
Una semana más tarde estábamos en la Ciudad de la Cultura grabando y esa misma tarde empezó la magia. Solo faltaba una cosa, la música, y tenía que ser LA MÚSICA, entonces apareció y nuestro trabajo tomó forma, estaba listo.
Tras exponerlo en clase y ver la reacción que causó en nuestro profesor y compañeros, nos pidieron que subiésemos el vídeo a las redes sociales. YouTube fue el primer escalón, pero con Facebook y Twitter conseguimos una divulgación inesperada. Muchas personas agradecían el trabajo y pedían permiso para difundirlo; otros nos hablaban y expresaban sus sentimientos, y nosotros, cada vez que una visita subía o una de esas personas nos felicitaba, sentíamos que habíamos ayudado a personas relacionadas o no con la educación, con un poquito de cariño en nuestras palabras y unas ganas enormes de comunicar qué era para nosotros la educación. Porque eso es lo que queremos en nuestras aulas y en todas las demás.
Los niños y niñas merecen una buena educación basada en sus intereses, en la escucha, en la motivación. Tenemos que crear un sistema educativo en beneficio al propio alumno como persona, y no como una máquina de conocimientos que en un futuro, trabajará para mover la economía del país. Consideremos a nuestros alumnos y alumnas como personas que se forman, no sólo académicamente, sino emocional e íntegramente.
En resumen, detrás de este vídeo, hay sin duda, mucho más que un trabajo para la universidad, hay esperanza, ilusión y pasión por lo que queremos hacer en el futuro. Podemos decir que nos marcamos dos objetivos principales: ver este vídeo cuando estemos ejerciendo de maestros y maestras y poder ver que seguimos con esas ideas y esos sentimientos poniéndolos en práctica; y por supuesto, llegar profundamente al pensamiento de todas las personas, especialmente, a los educadores, haciéndoles reflexionar y recordándoles la magia de su profesión.