Respuestas colectivas y sostenibles a los periodos de coronavirus

 

La escuela se dibuja sobre un posible escenario educativo. En un futuro inmediato pueden repetirse puntualmente los esquemas seguidos durante la pandemia, con periodos más o menos extensos de confinamiento en casa; también puede ocurrir que para salvaguardar el distanciamiento social, las autoridades dispongan el acceso a la escuela por turnos, permaneciendo los estudiantes algunos días en casa. En ambos casos la “teledocencia” se convertiría en una situación intermitente.

 

El profesorado ha realizado un esfuerzo importante por salvaguardar algunos huecos que la inmediatez de la pandemia ha dejado al descubierto en el sistema educativo, pero debemos ser conscientes de la importancia de elaborar respuestas colectivas y sostenibles en el tiempo. Una parte importante de estas soluciones, como la dotación tecnológica o el descenso de la ratio escolar, solo pueden adoptarse por parte de la administración educativa. El profesorado no puede hacer encaje de bolillos y solventar mágicamente  acceso desigual a la educación por parte de las familias, pero sí debe tener bastante que decir y decidir en sus centros, puesto que uno de los ejes más importantes en los que pivota el sistema educativo es, evidentemente, el profesorado.

¿Qué debemos consensuar los claustros educativos si esta situación de excepcionalidad se mantiene o repite en el tiempo?

 

Si algo define la educación en casa con la COVID-19 es la desigualdad. En palabras de Jose Luís Alonso (COVID- 19 y las metodologías caducas e inútiles) son tantas las circunstancias diferenciadoras que existen entre las familias, tantos los factores que intervienen que resultaba complicado pasar de las ideas generales. Partiendo de esta misma premisa, el presente artículo solo pretende ofrecer algunas reflexiones y pautas generales de actuación que puedan ser utilidad.

Estaremos de acuerdo que la crisis humanitaria no ha hecho más que sacar a la luz problemas que ya estaban presentes en la escuela y cuya solución no podemos demorar más:

  • la necesidad de consencuar qué aprender
  • el reto de afrontar el tema de la desigualdad social no solo desde la escuela, sino en la misma sociedad
  • cuál es el papel que debe tener la tecnología en la educación
  • qué importancia real tiene la formación del profesorado
  • o cómo evaluar lo aprendido

Sin ofrecer una visión apocalíptica del sistema educativo, proponemos bucear en las soluciones que ya se han venido aportado dentro del mismo sistema. En este artículo vamos a abarcar tres aspectos:

  • reorientar las finalidades educativas a partir de la experiencia de las aulas hospitalarias y los maestros que atienden a los alumnos enfermos en sus casas
  • plantear los acuerdos mínimos que pueden afrontar los claustros educativos
  • y ofrecer tres modelos metodológicos

Ya hemos vivido antes desafíos similares

A pesar del volcán de propuestas educativas que parece removerlo todo en estos días, la educación en casa en nuestro sistema educativo no es una novedad. Es interesante conocer y utilizar la experiencia acumulada por otros profesionales que antes que nosotros se han enfrentado a una situación parecida, con alumnos aislados, motivaciones diferentes y ritmos de trabajo muy desiguales.

La enseñanza en línea y semipresencial, implantada en niveles superiores, puede aportar muchas soluciones tecnológicas y algunas claves metodológicas, pero el componente de estrés y aislamiento que provoca la crisis del coronavirus, hace que atendamos con interés a las propuestas de educación en aulas hospitalarias y docencia en casa para alumnos enfermos. Si bien es cierto que en ambos casos los docentes sí contactan personalmente con los alumnos, éstos se encuentran aislados y desconectados, vivenciando una situación personal excepcional, al igual que en la pandemia.

Los Equipos de Atención Educativa Hospitalaria y Domiciliaria (EAEHD) son equipos de profesores y maestros encargados de que, tanto en el hospital como en su domicilio, la actividad escolar de estos niños no se interrumpa a causa de la situación de enfermedad.

Contexto e innovación metodológica

Estas aulas y la atención domiciliaria se pueden referenciar desde el siglo XIX pero, en el caso de España, no se formalizan hasta los años 50, si bien, hay que esperar a los años 80 para el comienzo de una legislación tanto desde el punto de vista del Ministerio de Educación como desde las diferentes consejerías de Educación y Sanidad de las Comunidades Autónomas.

En los últimos años las aulas hospitalarias y docentes han impulsado prácticas educativas innovadoras, motivados por la obligación de atender las necesidades académicas y psicológicas de su alumnado. Las aulas hospitalarias han dejado de ser unidades y se han transformado en equipos educativos. Así, las aulas hospitalarias se han convertido en cada Comunidad Autónoma, en movimiento y referencia de innovación organizativa y metodológica escolar desde el momento que ofrecen modelos organizativos diferenciados, personalizados, ajustados a las situaciones, tanto contextuales como de génesis del propio servicio educativo, como modelo de superación de un currículo estandarizado, e implantando modelos curriculares propios que responden a las necesidades que se les plantean (Aulas hospitalarias: espacios y currículos específicos para situaciones únicas, artículo de Jose Blas García Pérez)

¿Por qué inspirarnos en estas experiencias?

Al leer los planes elaborados por Equipos de Atención Educativa Hospitalaria y Domiciliaria (EAEHD) observamos que su punto de partida es considerar todas las circunstancias que rodean al alumno hospitalizado o convaleciente: angustia, ansiedad, desmotivación, aburrimiento, etc. Y estos sentimientos son similares a los recogidos por el estudio #InfanciaConfinada del que se hace eco El Diario de la Educación:

El 61,6% del alumnado se muestra aburrido durante estas semanas de confinamiento. El 36,7% está o ha estado preocupado por la situación; el 28% muestra tristeza y un 16,2%, miedo. Estos son algunos de los sentimientos que dicen tener las y los chavales que han respondido, principalmente, de entre 10 y 14 años.

Qué copiar de estos equipos

Partiendo de esa situación excepcional en la vida del alumnado, las aulas y la atención hospitalaria se articulan en torno a tres grandes principios que pueden arrojar luz a la función y orientación de la escuela que viene:

  1. Proporcionar atención educativa para asegurar la continuidad del proceso enseñanza- aprendizaje y evitar el retraso que pueda derivarse de esta situación.
  2. Favorecer la integración socio afectiva del alumnado, evitando que se produzcan procesos de angustia y aislamiento.
  3. Fomentar la utilización formativa del tiempo libre, programando actividades de ocio educativo y recreativo.

Alfredo López Serrano, coordinador del Movimiento Cooperativo de Escuela Popular (MCEP) y maestro de alumnos convalecientes, defiende en su artículo Study as a therapy? Home teaching in Madrid, estimular la curiosidad natural del alumnado y orientarla hacia su propio beneficio, partiendo de premisas como la personalización del currículo y la inclusión. Su experiencia apuesta por presentar los contenidos de manera atractiva y favorecer las recompensas, incluso si esto supone simplificar los niveles.

«Abordar los contenidos, como si fuera una terapia ocupacional, ayuda a normalizar la vida del estudiante enfermo y la atmósfera familiar, al mismo tiempo que contribuye a la sensación de integración en el grupo y la sociedad».

Estos principios generales se concretan en objetivos más específicos que vienen a ser muy similares entre unas experiencias y otras. Como modelo, proponemos la lectura del plan del EAEHD de Guadalajara, «La Pecera»  y el modelo de investigación acción de las aulas hospitalarias de la región de Murcia (Aulas hospitalarias: espacios y currículos específicos para situaciones únicas de Jose Blas García Pérez).

La situación de emergencia sanitaria y social que estamos viviendo hace necesario orientar el currículo educativo a partir de las nuevas necesidades, arrojando una nueva mirada  para potenciar aspectos que antes eran minoritarios o que se hallaban en un segundo plano:

 

Se trata de una propuesta educativa que aborda el aprendizaje de manera global, integrando todos los aspectos del alumnado y comprendiendo su contexto. Sin abandono de los contenidos del currículo, esta educación busca favorecer el aprendizaje competencial, con propuestas concretas que se vehiculan frecuentemente a través de enfoques creativos y manipulativos. Se utiliza el potencial de las TIC para intentar cubrir los aspectos de socialización que han sido abortados por el encierro y, en definitiva, se procura convertir una situación estresante y difícil en una experiencia de aprendizaje memorable.

La práctica educativa

En los primeros tiempos de la pandemia se han adoptado soluciones de emergencia, en ocasiones individuales y por lo tanto fragmentadas, sin conexión con lo que otros profesores del mismo centro están realizando… pero de cara a un nuevo curso es imprescindible adoptar decisiones reflexivas y conjuntas.

La escuela que viene (o que se nos viene) no parece sencilla pero las decisiones conjuntas que adopten los claustros docentes y los equipos educativos pueden ayudar a simplificar la situación.

Los primeros momentos de contacto en el claustro escolar, ya sea físicamente u on line, son una excelente oportunidad para preparar aspectos esenciales que facilitarán la vida de todos, familias, alumnado y el mismo profesorado:

  • Comunicación con las familias:
    • ¿Qué plataforma educativa vamos a utilizar? O varias plataformas, pero no infinitas…
    • ¿En qué va a consistir la comunicación? Establecer unas pautas comunes para el claustro escolar.
    • ¿Es pertinente establecer un horario de comunicación? Consensuar en los equipos docentes un acuerdo al respecto, establece límites y nos beneficia a todos.
  • Coordinación entre el profesorado:
    • ¿Cómo vamos a coordinar el trabajo? Podemos partir de un documento colaborativo, compartido semanalmente a través de los tutores, o bien utilizar Apps como Trello o Paddlet… Este documento o herramienta digital, con la orientaciones de todas las áreas, ayuda a las familias y a los alumnos a acceder rápidamente a lo que hay que hacer y a hacer un seguimiento.
    • ¿En qué nos puede ayudar la tecnología? Al menos en dos aspectos:
      • Qué aplicación segura vamos a utilizar para video conferencias (por ejemplo, recomendamos Jitsi)
      • Qué herramientas digitales seleccionamos para trabajar con el alumnado (para hacer presentaciones, escribir textos, grabar y editar vídeos, grabar podcasts, etc.), estableciendo un catálogo de mínimos que sirva de punto de partida para todas las áreas.
  • Acuerdos de carácter pedagógico:
    • ¿Qué objetivos nos marcamos como claustro u equipo docente? Seleccionando pocos objetivos, pero esenciales y consensuados, adecuados a nuestro contexto, creíbles y realistas.
    • ¿Qué estrategias favorecen el aprendizaje? Puesta en común sobre estrategias que hemos utilizado y han sido válidas, así como apertura a nuevas prácticas que no hemos aplicado. Es un buen momento para escuchar y aprender.
    • ¿Qué elementos del currículo vamos a priorizar? La complejidad de la situación nos obliga a seleccionar porque no es realista pretender replicar una clase tradicional on line.
    • ¿Cómo vamos a evaluar? Establecer un acuerdo de mínimos en los equipos docentes es un buen punto de partida para el curso que viene.
      • Qué aprendizajes son los prioritarios. ¿Qué deben aprender verdaderamente los alumnos?
      • Qué tipo de tareas, actividades, prácticas… se adaptan más a la consecución de estos aprendizajes.
      • Qué instrumentos de evaluación nos parecen adecuados. Utilizar instrumentos de evaluación similares, incluso los mismos como por ejemplo «una rúbrica para evaluar una exposición oral», ayudará al alumnado a fijar sus objetivos. (Remitimos al banco de rúbricas y otros instrumentos de evaluación de Cedec que permite su descarga en formato modificable odt)

Se trata de consideraciones generales, como punto de partida, que bien pueden aplicarse a la escuela en general pero que especialmente adquieren valor ahora, durante el tiempo del confinamiento.

Estrategias de enseñanza- aprendizaje

Hemos visto como la experiencia de los Equipos de Atención Educativa Hospitalaria y Domiciliaria (EAEHD) parte de reconocer unas necesidades específicas derivadas por la situación excepcional del alumnado, lo que conlleva enunciar unos objetivos educativos y un enfoque distinto del currículo. Obviamente las estrategias de enseñanza-aprendizaje deben responder a los nuevos enfoques del currrículo educativo. En consecuencia, debemos primar:

  • Las metodologías que faciliten el desarrollo global del alumnado, trabajando por competencias.
  • Las metodologías que propicien un aprendizaje autónomo.
  • Las estrategias motivadoras basadas en actividades variadas, creativas y no rutinarias, contextualizadas al entorno y la realidad del alumnado, de libre ejecución, que favorezcan la manipulación.

Como propuesta concreta para el aula y los tiempos de «teledocencia» seleccionamos:

  1. Modelo de tareas integradas
  2. Aprendizaje basado en retos
  3. Propuestas semanales de proyectos y días especiales

Especialmente las dos primeras propuestas son muy versátiles porque se adaptan con facilidad al estilo docente de cada profesor, desde un enfoque más tradicional, basado en la explicación y la realización de actividades, hasta un enfoque constructivista en el que el alumno accede por sí mismo al aprendizaje. Además, esta versatilidad favorece su adaptación a la docencia presencial, semi presencial y «teledocencia». La tercera propuesta aprovecha las circunstancias y el contexto de vida del alumnado para despertar la curiosidad y el interés, así como vincula emocionalmente al alumnado a su centro y comunidad.

 

Modelo de tareas integradas

Una tarea integrada es un conjunto de actividades (tres o cuatro) debidamente organizadas y enlazadas entre sí mediante las cuales el alumando es capaz de obtener un producto final. Es decir, las actividades se organizan de manera pautada para que al final se obtenga un resultado deseado y relevante. Por ejemplo, un producto final puede ser un informe, una entrevista, un cartel, un artículo, una presentación, un podcast, un vídeo, un mural digital, una maqueta, un díptico, un cómic, una entrada en un blog, una hoja de cálculo, una exposición oral, un experimento, etc.

En las tareas integradas el alumnado demuestra que conoce los contenidos y moviliza las habilidades necesarias para «producir» una evidencia de aprendizaje, algo objetivo y evaluable. En la tabla inferior se plantea a los alumnos grabar una presentación oral sobre los beneficios del ejercicio para los compañeros de aula. Para poder realizar esta tarea, los alumnos deben ejecutar tres actividades que se dividen, a su vez, en ejercicios (más pequeños y concretos) o pasos.

Si queremos conocer más sobre las tareas integradas, el artículo Ideas para evaluar Lengua y Literatura en el tercer trimestre (@bloggeando) explica con mayor profundidad cómo realizarlas y propone ejemplos prácticos. Además, el artículo resalta la importancia de plantear tareas integradas conectadas con el contexto del alumnado.

Aprendizaje basado en retos

El aprendizaje basado en retos es un modelo de indagación (Inquirid Based Learning) que se inicia con una situación de partida problemática o reto para investigar. La actividad investigativa (emitir hipótesis, planificar la experimentación, interpretar resultados, argumentar las conclusiones, etc. ) no puede llevarse a cabo sin disponer de los conocimientos previos necesarios, por lo que al elaborar las conclusiones el estudiante demuestra que conoce. Además a lo largo de la secuencia didáctica, se ponen en práctica diversas habilidades.

Por ejemplo, en el REA del Proyecto EDIA, Investigando la actividad científica, los estudiantes investigan sobre la Ley de Murphy. El reto es conocer si verdaderamente siempre se cumple esta ley a partir de la investigación de dos tópicos: la tostada siempre cae por el lado de la mantequilla y los gatos siempre caen de pie. Para llevar a cabo la investigación los alumnos plantean un proceso científico de trabajo (hipótesis, plan de trabajo, variables, experimentación, debate, descripción del proceso seguido y valoración del experimento).

 

Propuestas semanales de proyectos y celebración de días especiales

La desconexión del alumnado del ritmo escolar, especialmente en el caso de los alumnos más vulnerables, es un riesgo que provoca la situación de confinamiento en el hogar, que se acrecenta además en el caso de problemas de conectividad. Existen propuestas concretas de centros educativos que se han decantado por motivar a su alumnado con proyectos globales y transversales, sin perjucio del resto de propuestas que los profesores de cada área han establecido. Como características comunes a estos proyectos:

 

  • Proyectos de duración media, una o dos semanas, interdisciplinares y centrados en los ámbitos comunicativo, científico matemático y socio emocional.
  • Parten del contexto del alumnado y conectan con sus intereses.
  • Promueven la expresión creativa, dejando espacio incluso a la elección de los estudiantes sobre cómo presentar algunas tareas o productos.
  • Intentan favorecer estrategias de contacto entre el alumnado.
  • Conectan con la comunidad, favoreciendo que el alumnado realice acciones positivas en su contexto (Aprendizaje Servicio) y potenciando el sentimiento colectivo de comunidad, muy importante en el contexto que estamos viviendo.

Por citar un ejemplo, el IES Cartima (Málaga) lanzó una serie de retos a su alumnado en el mismo momento en el que se cerró el centro educativo, aprovechando el interés de los alumnos por el virus y la situación de pandemia. En la entrada de su blog Suspensión de las programaciones, podemos consultar las propuestas que son muy variadas (investigación del impacto medioambiental del virus; cómo se organiza la actividad industrial o por qué compramos las mascarillas en China; el conflicto entre la libertad individual y la seguridad; cómo distintas partes del planeta afrontan la pandemia… etc).

Los proyectos deben ser sencillos para poder llevarse a cabo sin la presencia constante del profesor en el aula. Algunas ideas podrían ser:

  1. Creación de una revista, blog digital o incluso un evento ficticio sobre un tema concreto, aportando tareas interdisciplinares. Por ejemplo: si se celebraran las Olimpiadas en el 2020, ¿cómo serían? (selección de los diversos países y localización en un mapa; redacción de los deportes que incluiríamos; elaboración de un plano con las instalaciones del evento; especificación de las medidas sanitarias necesarias; elaboración de carteles o anuncios para promover el evento; grabación de podcast explicando los resultados; etc).
  2. Creación de vídeos de poesía, relatos, curiosidades históricas, curiosidades científicas y matemáticas… para compartir con la residencia de ancianos de la localidad.
  3. Creación de podcasts con microrelatos para compartir con los niños más pequeños de las familias.
  4. Elaborar cómics narrando nuestro día a día, para contar al resto de la clase cómo nos sentimos y qué estamos haciendo. También se pueden compartir con los familiares, a través de fotografías y el móvil.

Dentro de esta propuesta, merece especial mención la celebración de los días especiales en el curso, que tradicionalmente se realiza con tareas diferentes e incluso modificando la organización horaria de esos días. Estas celebraciones son importantes por el mensaje que transmiten pero, más allá del contenido que puede y debe trabajarse en el día a día del aula, dotan de identidad a los centros educativos.

El CEIP Pío XII de Don Álvaro (Badajoz) celebró su día del centro adaptando su tradicional salida al campo a un tour virtual. En su web Juntos venceremos podemos consultar el proceso: a partir de una actividad ficticia, contextualizada y en conexión con los intereses del alumnado, una excursión, se organizan una serie de retos y de actividades lúdicas y de ocio, que los alumnos deben ir resolviendo: preparar la mochila a partir del pronóstico del tiempo, conocer y plasmar en un mapa el itinerario de la excursión, hacer una foto suya y compartirla con el resto de compañeros, cantar una canción, rememorar otros días del centro ya pasados, hacer cálculos matemáticos a partir de datos de la ruta y un largo etcétera, variado y creativo.

 

Conclusión

Ninguna de las propuestas relatadas, desde la reorientación o nueva mirada al currículo educativo hasta las propuestas de aula organizadas en torno tareas integradas, aprendizaje basado en retos o proyectos que nacen del contexto, son nuevas. Se trata en todos los casos de acciones educativas que ya se vienen realizando desde hace mucho tiempo en nuestro sistema escolar y cuya filosofía está presente en los textos de los grandes maestros como Freire, Pestalozzi, Dewey o Decroly… Debatir en los claustros, mirar alrededor y bucear en lo que ya existe y funciona, nos puede dar una pista sobre cómo conducirnos en los tiempos confusos de la escuela que viene.