Aprendizaje basado en proyectos: del profesor pionero a los centros innovadores

01Las llamadas metodologías activas están cada vez más presentes en el aprendizaje de muchos alumnos. Aprendizaje cooperativo, «flipped classroom» (clase invertida), trabajo por centros de interés o aprendizaje basado en proyectos son propuestas metodológicas que los docentes están incorporando a su práctica diaria o que, por lo menos, están interesados en conocer.

En este contexto, el Aprendizaje Basado en Proyectos (ABP) es la línea metodológica por la que parece que están apostando una mayoría de docentes, expertos, administraciones educativas y responsables de formación del profesorado.

En muchos centros educativos los profesores y maestros se lanzan a desafiar a sus alumnos a aprender a través de un proyecto de aula que puede consistir en desafíos tan diversos como crear sites recopilatorios, crear vídeos divulgativos, organizar exposiciones científicas o construir objetos útiles para el aula.

Al mismo tiempo, aumentan las posibilidades de formación de los docentes sobre ABP. Las administraciones educativas están ampliando rápidamente la oferta de cursos, presenciales o en línea y, según muestran las estadísticas (Diapositiva 56), el éxito de estas convocatorias es muy importante.

Buenos resultados, grandes propuestas

El trabajo por proyectos es por tanto una metodología que está ofreciendo buenos resultados, dando a los alumnos y a sus profesores y maestros nuevas vías para aprender y trabajar en el aula. La aplicación de la metodología ABP está ofreciendo resultados tan interesantes como los que podemos ver en estos ejemplos:

Estas propuestas sirven para ilustrar como el ABP cambia la dinámica del aula en diversos aspectos: el rol del profesor pasa de transmisor de información a facilitador y orientador, los alumnos asumen el peso del aprendizaje y trabajan cooperando y, por supuesto, la organización de los espacios se adapta al nuevo planteamiento metodológico. Se modifican algunos de los objetivos del aprendizaje pero al mismo tiempo se mantiene la vinculación directa con el currículo.

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Los alumnos que desarrollan proyectos utilizan las TIC en su trabajo de aula por distintas vías. En primer lugar, los equipos de alumnos recurren a la Red y las herramientas tecnológicas para apoyar diversas tareas como la búsqueda de información, el contacto con otros compañeros o el desarrollo de espacios recopilación de información y difusión de sus actividades en clase (blogs, sites, páginas web).

Por otra parte, el aprendizaje por proyectos implica, casi de manera natural, que los alumnos tengan que hacer un uso avanzando de las herramientas tecnológicas para presentar información, generar sus propios recursos de aprendizaje o presentar el trabajo de un proyecto públicamente con el apoyo de presentaciones, vídeos, mapas conceptuales o aplicaciones para dispositivos móviles.

De manera más práctica, las experiencias de aplicación de metodología ABP muestran que el clima de aulas y centros educativos, la motivación de los alumnos y el nivel de satisfacción de los docentes aumentan con la aplicación de estas metodologías. De ahí, que actualmente muchos profesores de manera individual trabajan con sus alumnos a través del aprendizaje por proyectos.

Transformar los centros, extender el ABP

El reto ahora es que el aprendizaje por proyectos deje de aparecer en los centros a partir de iniciativas individuales de algunos profesores para convertirse en una metodología incorporada a los proyectos pedagógicos de los centros que permita establecer un nuevo modelo de aprendizaje y organización, como apuntan John Larmer y John Mergendoler, del Buck Institute for Education.

«En la actualidad una minoría de profesores desarrollan el duro trabajo de diseñar y aplicar programaciones de aula en las que el trabajo por proyectos son el eje central. Son, en casi todas las ocasiones, esfuerzos individuales que no son acompañados ni reforzados por prácticas similares llevadas a cabo por otros profesores en otros grupos-clase. De esta forma, la mayoría de los estudiantes de las escuelas e institutos nunca tienen la oportunidad de trabajar por proyectos».1

Estas afirmaciones de los autores estadounidenses son perfectamente aplicables al caso español. La riqueza y variedad de propuestas basadas en proyectos no debe ocultar que la mayoría de los alumnos de todos los niveles de enseñanza obligatoria aún no han trabajado nunca por proyectos. Incluso, los que si lo hacen trabajan con esta metodología en algunas materias y con algunos profesores concretos.

En gran parte de los centros educativos el ABP no se lleva a cabo o que quienes lo llevan a cabo son un grupo muy reducido de los profesores que forman el claustro. Con ello, encontramos que en un instituto o colegio solo algunos grupos concretos de alumnos trabajan de manera sistemática. Entretanto, la mayoría de sus compañeros continúan trabajando de manera tradicional o en el mejor de los casos solo tienen la oportunidad de aplicar los aprendizajes activos de manera muy puntual.

La vía para dar un paso más y facilitar que muchos alumnos, a través del impulso de sus profesores, puedan trabajar por proyectos pasa, sin duda, por conseguir que los centros educativos en su conjunto asuman, como eje vertebrador de la organización académica y de su proyecto pedagógico, la metodología ABP. Existen ya algunas experiencias en ese sentido en centros públicos como la del INS Montgrós.

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¿Cómo conseguir dar este paso aparentemente tan radical? Evidentemente requiere de un proceso en el que deben estar implicados profesores, equipos directivos, padres y por supuesto alumnos. Las claves para conseguir crear lo que podríamos llamar «Centros ABP» son enumeradas por los mismos Larmer y Mergendoler en el artículo citado anteriormente.

Resumiendo, podemos decir que, según estos autores, para que los centros educativos se conviertan en colegios e institutos «de proyectos y por proyectos» será necesario, entre otros aspectos:

  • El acuerdo de toda la comunidad educativa en torno a lo que se considera una buena formación para los alumnos y que esta puede pasar por el aprendizaje por proyectos…. Los profesores y los alumnos deben considerar el trabajo por proyectos como el método fundamental y común para trabajar en el aula.
  • Creación de repositorios / bibliotecas de proyectos que los profesores puedan usar y adaptar. Antes de incluir un proyecto en la biblioteca debe revisarse su calidad y probarse en el aula. Los proyectos que formen parte de la biblioteca tienen que ser fácilmente accesibles e incluir todo tipo de recursos y orientaciones para los profesores y los alumnos.
  • Formación del profesorado del centro. Llevada a cabo por personas con experiencia acerca de ABP.
  • Un liderazgo administrativo e instructivo. Este liderazgo llevará a que se tomen decisiones organizativas (como la distribución de horarios o la asignación de recursos) que permitan que puedan desarrollarse los proyectos.

La creación de estas condiciones tiene que apoyarse en la existencia de recursos educativos abiertos (REA) accesibles, de calidad y bien fundamentados curricular y metodológicamente. Estos contenidos serán el mejor soporte para facilitar que padres, alumnos, docentes y equipos directivos puedan asumir conjuntamente la metodología de trabajo por proyectos.

Estos REA ofrecerán, a toda la comunidad educativa, unos recursos en los que los proyectos estarán vinculados directamente al currículo. De esta forma, y siguiendo las pautas de instituciones como el Buck Institute for Education, los proyectos se convierten en «el plato principal y no el postre». Es decir, se trabaja por proyectos en el aula para que los alumnos aprendan aquello que deben aprender.

Directores implicados, comunidad educativa implicada

La implicación directa y activa de los equipos directivos de los centros puede considerarse una condición básica para que un centro educativo en su conjunto elija como opción metodológica el aprendizaje basado en proyectos. Es esencial que los encargados de dirección de los centros decidan apostar por el ABP y trabajen con profesores, departamentos didácticos, padres y alumnos para que toda la comunidad educativa asuma como propio el nuevo modelo de aprendizaje.

Esto no acontece así en la mayor parte de los colegios e institutos, en los que los maestros y profesores que trabajan por proyectos lo hacen por iniciativa propia o de manera aislada y encuentran en algunos casos dificultades para que, por ejemplo, la distribución de horarios les permita trabajar de manera más flexible con sus alumnos.

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En este sentido, formar de manera directa a los equipos directivos de los centros en aprendizaje por proyectos permitirá que directores y jefes de estudio se conviertan en agentes y facilitadores del verdadero cambio metodológico en las aulas. Esta formación debe dirigirse no solo a mostrar modelos de éxito y a darles a conocer las claves del modelo ABP sino también a poner a su disposición recursos que les permitan diseñar un modelo pedagógico nuevo para su centro educativo.

Los recursos educativos abiertos diseñados para el trabajo por proyectos ofrecen a los equipos directivos una guía y un soporte claro para apostar por el ABP en sus proyectos de centro. Al tratarse de propuestas completas y vinculadas al currículo sirven de guía para que el nuevo modelo de centro se asiente en objetivos de aprendizaje claros y en una organización de los tiempos y los espacios escolares que tengan sentido pedagógicos. Como consecuencia, los equipos directivos podrán tomar en sus centros decisiones organizativas que apoyen la introducción de la metodología por proyectos.

En este sentido, será esencial un nuevo planteamiento en el diseño de los horarios del centro para que por un lado los profesores se reúnan para diseñar los proyectos, revisar la marcha de los mismos y buscar y compartir recursos. Al mismo tiempo es necesario que haya flexibilidad para que esos horarios puedan ser adaptados por lo menos semanalmente para facilitar el desarrollo de los proyectos.

En paralelo, la comunidad educativa podrá avanzar para establecer acuerdos en otro aspecto esencial: en primer lugar la asunción de las rúbricas y otros documentos de aprendizaje por proyectos como mecanismos de evaluación .

A partir de estos cambios en los centros, los REA basados en aprendizaje basado por proyectos facilitarán además que los profesores de cualquier claustro puedan proponer a sus alumnos trabajar en una metodología basada en proyectos superando las dificultades que muchos de ellos encuentran y que fueron analizadas en un estudio llevado a cabo en 2006 y divulgado en nuestro país por Fernando Trujillo2:

  • El tiempo que es necesario invertir para preparar el material.
  • La dificultad de encontrar vías efectivas para apoyar el trabajo de los alumnos durante el proyecto.
  • La búsqueda de modelos para integrar las TIC como parte esencial del proyecto.
  • La dificultad en diseñar criterios y modelos de evaluación de las diferentes tareas y del proyecto de manera global.
  • El tenor a que el trabajo por proyectos desvirtúe la materia e implique que no se trabajen los aspectos esenciales de la misma.
  • La dificultad de hacer comprender a las familias el sentido y valor de esta nueva metodología.

El último punto de este listado lleva al tercer elemento esencial para que los centros educativos hagan de la metodología ABP su elemento estructurador y al que también puede contribuir la existencia de recursos educativos abiertos de calidad y ampliamente testados: la aceptación, y sobre todo la implicación de los padres y alumnos en el nuevo modelo de centros basado en ABP.

Para conseguirla, padres y madres deben percibir no solo que esta apuesta va a mejorar el clima de trabajo en el aula y la satisfacción de sus hijos sino también la calidad del aprendizaje y los resultados académicos de los mismos. Una vía para conseguirlo está en mostrar a los padres que las secuencias didácticas diseñadas para el ABP tienen unos objetivos claros, están vinculadas al currículo de manera explícita y contienen todos los elementos para evaluar el aprendizaje de los alumnos.

En este sentido, los REA para trabajo por proyectos ofrecen recursos que permiten trabajar todos los contenidos y lograr los objetivos propuestos en el currículo de cada materia a partir de un modelo de recursos cuyos proyectos cumplen lo que por se denomina «el aprendizaje basado en proyectos del siglo XXI»

  • Permiten un aprendizaje de los contenidos y objetivos significativos.
  • Trabajan el pensamiento crítico, la resolución de problemas, el diálogo y diversas formas de comunicación
  • Incluyen la investigación y la creación de algo nuevo como parte del proceso de aprendizaje.
  • Parten de una pregunta abierta inicial.
  • Generan en los alumnos la necesidad de saber y aprender.
  • Incluyen hitos de revisión y reflexión sobre el aprendizaje.
  • Plantean la presentación y difusión pública del trabajo.

Por último, los alumnos son el elemento clave en toda esta propuesta de transformación de los centros educativos. Solo será posible que los «Centros ABP» tengan éxito si los alumnos están motivados hacia el método de aprendizaje que se les proponen, perciben que este tiene sentido y ven muy claro cuáles son los objetivos, procesos y formas de evaluación que van a encontrarse.

Como conclusión, podemos decir que el verdadero éxito del trabajo por proyectos pasa porque toda la comunidad educativa de los centros educativos asuman esta metodología como la base del proyecto educativo del centro. Lograrlo pasa por una serie de cambios y de actuaciones a las que el uso de recursos educativos abiertos basados en ABP pueden dar un apoyo fundamental que facilite que una gran mayoría de los alumnos de nuestro sistema educativo trabajen y aprendan por proyectos.

Consideraciones finales

El aprendizaje basado en proyectos aparece actualmente como una metodología que puede contribuir a que los alumnos de todos los niveles aprendan más y mejor e incorporen a su aprendizaje aspectos como el uso de las TIC, la cooperación con los otros y la adquisición de competencias para aprender a aprender.

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Estas posibilidades que ofrece el aprendizaje por proyectos son las que están llevando a que, de manera individual, docentes muy diferentes y de centros muy diferentes introduzcan, por diferentes vías y en diferentes medidas el aprendizaje por proyectos en sus prácticas de aula y sobre todo propongan a sus alumnos nuevas formas de trabajar en clase.

El siguiente paso tiene que ser pasar de las iniciativas individuales a los proyectos de centro. El objetivo para los próximos cursos debe ser conseguir que el aprendizaje por proyectos sea el eje vertebrador de la organización y el proyecto pedagógico de colegios e institutos.

Profesores y alumnos tienen que encontrar en sus centros condiciones que les permitan embarcarse en el trabajo por proyectos, eliminando las posibles dificultades. Para conseguirlo, es esencial el papel de los equipos directivos, que deben conocer y dar impulso a esta metodología en sus centros y de los padres, quienes tienen que implicarse y conocer el por qué la necesidad de que sus hijos aprendan de una manera diferente.

Los recursos educativos abiertos (REA) diseñados para trabajar por proyectos son una herramienta que contribuye directamente a que los centros educativos puedan asumir de manera integral el aprendizaje basado en proyectos como apuesta metodológica y organizativa.

Los REA basados en proyectos son una herramienta que debe acompañar el proceso por el que los centros educativos de cualquier nivel deciden convertirse en centros en los que la organización de espacios y horarios y la línea pedagógica se basan en el aprendizaje por proyectos.

Sus características los convierten en recursos casi imprescindibles que van a formar parte de la verdadera revolución metodológica del siglo XXI: aquella que convertirá a los centros educativos en impulsores colectivos del cambio en la manera de aprender.

Artículos relacionados:

Notas bibliográficas:

1.-  Larmer, John y Mergendoler, John. The main course, not dessert. How students are reaching 21st goals? With 21st Century Project Based Learning (Pags 3 y 4). Recuperado el 24 de marzo de 2014 de http://bie.org/object/document/main_course_not_dessert

2.- Marx, Bummenfeld, Krajick y Saloway y Van der Berg, Mortenans, Spooren, Van Petergen, Gijbels y Vanthounout, (2006). Inquiry in project based inquiry classrooms. The Journal of the learning sciences, 7 (3 y 4) 315-350 y Fernando Trujillo #ABPINTEF: Qué aporta el aprendizaje basado en proyectos y cuáles son las principales dificultades Recuperado el 27 de marzo de 2014 de http://blog.fernandotrujillo.es/abpintef-que-aporta-principales-dificultades/

Referencias de las imágenes:

Laurie Sullivan. DSC09264. CC BY

Julie Linsay. Social Entrepreneurship Student Workshop. CC BY

CeDeC. La pócima. CC BY SA

Tess India. 0002 – P1000031. CC BY SA