Hace tiempo que me entraban ganas de trabajar la Transición española con mi alumnado de una manera diferente dentro del marco de los REA. Tras un período de reflexión y de supervisión de material de otros compañeros de profesión, caí en la cuenta de que esta futura unidad didáctica integrada (UDI) debían escribirla, con renglones torcidos o no, la gente normal. Estas mini historias personales que tejen el tapiz del relato histórico de nuestra Transición debía ser el reflejo de los anhelos y esperanzas de una sociedad que quería olvidar rápidamente la dictadura y construir un futuro sobre la base del consenso, el respeto a la ley y el perdón.
Había que encontrar un hilo conductor, y no hallé otro mejor que la música. La música manifiesta el anhelo de cambio de la sociedad española, sus luces y sus sombras. Baste recordar como la generación del baby boom de los años del desarrollismo, acudía a los garitos a escuchar a aquellas bandas musicales como Nacha Pop, Los Secretos, Radio Futura,… que como champiñones florecieron entre un sinfín de ritmos desconocidos y consiguieron poner en pie a toda una ciudad, a todo un país. Las melodías compuestas por aquellos jóvenes se convirtieron en himnos de un periodo en el que comenzaron a emerger las ansias de libertad de una sociedad avasallada por la censura. Y vaya que si emergieron…
En otros casos, como demuestran las bandas del Rock Radical Vasco, fueron reflejo de los problemas de esa sociedad y eso se acabó reflejando en todos los sentidos: dureza en la música, dureza en el contexto -heroína, terrorismo, desempleo y rebeliones-, dureza en las circunstancias –empresas cerrando por la reconversión industrial, bombas bajo los coches y tiros en la nuca- y dureza en las consecuencias. Había de todo lo malo imaginable, pero ni un ápice de luz para los jóvenes y sus años venideros. No future, como cantaban los Sex Pistols. “La rebeldía sería el motor del desastre y el descontrol” y el motor para canalizar esa rebeldía fue la música.
Y así es como echó a rodar ¿Qué hace una chica como tú, en un sitio como este?. Tengo que advertir que este proyecto, aún no está cerrado y es tan flexible que en en estos dos cursos hemos empleado dos tareas diferentes para trabajar los contenidos de la materia y para que nuestro alumnado entienda el complejo proceso de modernización y transformación que vivimos muchos de nosotros.
En el curso 2019-2020 y debido a las restricciones vinculadas a la COVID-19 decidimos hacer una revista sobre la Transición, siguiendo un poco las recomendaciones del proyecto sobre Transición e Integración en Europa de nuestra compañera Virginia Capilla, alojado en la página del CEDEC y fruto de ello surgió una publicación digital donde el alumnado maquetó la portada y redactó textos que narraron acontecimientos tan dispares como el accidente aéreo en el Aeropuerto de los Rodeos, la marchas a favor de la Autonomía en Andalucía, la muerte del dirigente vecinal Arturo Pajuelo o el Rock Radical Vasco.
Por entonces, no conocíamos ciertas informaciones sobre el rey emérito, pero mi alumno Jesús Casas clavó la portada y preludiaba la tormenta mediática que rodearía a la familia real.
HISTORIAS DE LA TRANSICIÓN O GOOD BYE, FRANCO
Este curso hemos decidido hacer un telediario sobre los hechos más reseñables de la Transición española. Las razones que me llevaron a optar por el formato televisivo fueron tres:
- Aprendizaje interdisciplinar: Que nuestro alumnado de Bachillerato, que cursa la materia de Cultura Audiovisual durante el Bachillerato conozca el funcionamiento de un medio tan nuestro como la televisión y técnicas como el Chroma Key, pero sin salir del centro al convertir nuestra aula en un pequeño plató y con unos recursos muy limitados
- Diversidad: Un informativo permite tocar en sus diversas secciones una elenco de noticias que van desde la más rabiosa actualidad hasta la cultura, pasando por la crónica política y es un formato que es fácil de digerir o comprender por el espectador porque la televisión forma parte de nuestra vida desde los primeros años de vida.
- Empatía: Nuestro alumnado no ha vivido, ni comprende las claves en la que se enmarca un proceso complejo, pero enriquecedor, como la Transición y les permite comprender el mundo en el que viven y los temas de actualidad que se tocan en los medios de comunicación.
Como ya es habitual y con el objetivo de aclararle al alumnado la tarea a desarrollar, decidí compartirles en la entrada de Google classroom una ficha donde recogía aspectos como en qué consiste la tarea, que recursos vamos a necesitar, como nos vamos a organizar y el calendario de la misma, junto a unos consejos que pudieran servirles para el desarrollo de la misma.
Una vez explicados estos aspectos, se agruparon en grupos de tres/cuatro alumnos, y tras argumentar el porqué, eligieron la noticia que iban a investigar para nuestro telediario y se apuntaron en el documento compartido creado a tal efecto por el profesor de la materia.
En las siguientes jornadas, y como si fueran un grupo de redactores y redactoras de un cadena de televisión, elaboraron el contenido de la noticia, seleccionaron el formato televisivo con el que iban a tratar (periodismo de investigación, crónica, reportaje a pie de calle, avance informativo,…) y pensaron que necesitaban en cuanto a recursos y make up. Para el desarrollo de esta fase, visualizaron un fragmento de la película Good bye, Lenin donde el joven Daniel Brühl recrea con mucho ingenio, imaginación y habilidad un noticiario de la antigua RDA para su madre y algunos informativos de la época con el fin de percibir los cambios entre los telediarios de aquellos años y los platós actuales donde los Chroma y las grandes espacios abiertos a la redacción dan una imagen de transparencia y rigor informativo.
La parte final fue la grabación y montaje del informativo que se realizó en el aula TIC por parte del propio alumnado mediante el uso de los equipos de los que dispone el centro y que podéis disfrutar en los siguientes enlaces.