Salvados por los REA (I)

 

Toca hacer las presentaciones

Mi nombre es Mariló Pérez (@etopeyamarilo en Twitter). Llevo 18 años ejerciendo como docente y la mayor parte de ellos ligados a la innovación educativa. Me he formado en numerosos cursos y he ganado premios, como el de Acción Magistral por el proyecto “Aulas del siglo XXI”. Aprendizaje cooperativo, ABP, gamificación, flipped learning y un largo etcétera ha sido y es mi bagaje. Pero, nunca me había acercado a los REA hasta el pasado curso; no por desconocimiento sino porque creía que adaptarlos a un grupo clase en su contexto podía entrañar cierta dificultad, por lo que siempre había preferido crear mis propios recursos educativos.

 

Mi lugar de desempeño como docente, el IES Pérez de Guzmán, se ubica en Ronda, en la serranía del mismo nombre de la provincia de Málaga.

A una hora de Málaga, hora y media de Sevilla, nuestro centro pertenece a una de las denominadas, en Andalucía, zonas ERASCIS (de intervención social por zonas desfavorecidas). Se trata, en definitiva, de un IES de compensación educativa en Secundaria.

Por suerte, tanto la directiva del centro como el resto del profesorado estamos muy comprometidos con la mejora, tanto de la convivencia como de los resultados, en ese nivel educativo.

 

Cómo se cruzan los REA en mi camino

El curso académico 2019/20 fui nombrada coordinadora de un proyecto para la mejora de los resultados educativos en la ESO, en mi IES. Ya he comentado la preocupación e implicación de mi comunidad educativa en estos aspectos. Organizarlo todo me llevó excesivo tiempo y preparar mis propios recursos para el alumnado se convirtió de repente en un reto inalcanzable. Pensé en los REA y comencé a investigar sobre los mismos. La web de proyecto EDIA me facilitó enormemente esa tarea. Me fijé en “Somos un Equipo” y, desde ese momento y durante todo el curso académico, ya no pude parar de aplicar los REA. En primer lugar, porque el alumnado los acogió de forma muy positiva. Y, en segundo lugar, porque, llegado el confinamiento, no era conveniente cambiar la rutina de trabajo cuando la docencia pasó a ser online.

En mi IES, uno de los grupos de alumnos más complicados, en el sentido que venimos comentando, es el de 1º de ESO. Es un grupo que suele ser numeroso y heterogéneo, con alumnado que necesita apoyo educativo o compensatorio y alumnado repetidor que suele presentar una gran desmotivación ante la actividad académica y su propio aprendizaje; así como alumnado de altas capacidades. El pasado curso yo les daba seis horas semanales, cuatro de ellas de lengua y dos de refuerzo de esta misma materia. Necesitaba una herramienta que integrase los elementos del currículo de mi asignatura y que, además, tuviera capacidad para motivar al alumnado y para facilitarme a mí como profesora el proceso de enseñanza. Mi apuesta fue por los REA. Y, sin duda, los REA de Proyecto EDIA pasaron a convertirse en esa herramienta ideal, al menos en la imagen mental que yo me había creado. Tocaba ahora llevar todo esto a la práctica y comprobar de una vez por todas si estos REA funcionaban en mi contexto profesional.

En 1º de ESO, desarrollamos un total de tres REA en clase de Lengua. Uno por trimestre:

Además, implementamos un REA en clase de refuerzo de lengua (“Contágiate de lecturas”). Y dos en 3º de ESO, en la materia de lengua (“Historias de ayer para gente de hoy” y “Un mundo de poesía”).

En el desarrollo de esta exposición vamos a analizar las principales aportaciones de los que hemos desarrollado en lengua en el grupo de 1º de ESO.

En todos los casos, la relación con los elementos curriculares de la programación de mi asignatura fue tarea fácil. En todos los REA, en su apartado “Guía didáctica”, aparece un listado completo de los contenidos que se van a trabajar, así como de los criterios de evaluación y/o estándares de aprendizaje evaluables asociados al recurso. El recurso estaba perfectamente secuenciado y organizado. Los materiales fotocopiables cubrían incluso los aspectos metacognitivos. Solo había que revisar y adaptar lo necesario.

 

¿Qué nos aportaron los REA en el curso 2019/2020?

Los REA fueron imprescindibles para nosotros en una situación crítica en la que había que saltar de enseñanza presencial a enseñanza telemática en un fin de semana. Gracias a que el alumnado estaba ya entrenado para trabajar con esta metodología no supuso ningún esfuerzo añadido el hecho de continuar trabajando en casa. El estado de alarma y el consiguiente confinamiento nos sorprendió en mitad de “Somos periodistas”, en las últimas tareas antes de la elaboración del producto final (periódico que recogiera la información sobre la investigación que habíamos realizado en los grupos cooperativos). A continuación, vamos a exponer las principales aportaciones de estos recursos a nuestro proceso de enseñanza – aprendizaje.

 

¿Qué aprendimos con “Somos un equipo”?

Iniciamos este proyecto en el mes de septiembre. La decisión de empezar implementando este REA y no otro, en mi 1º de ESO, parte de la necesidad de cohesionar el grupo clase y de formar equipos, para poner en marcha el aprendizaje cooperativo y el trabajo por proyectos, metodologías que iban a ser el motor del proceso de enseñanza – aprendizaje, con el propósito de facilitar la convivencia en un grupo tan heterogéneo, como hemos comentado, y mejorar los resultados académicos del alumnado con necesidades educativas o repetidor. Es decir, lo seleccionamos al objeto de implementar la metodología cooperativa en la que íbamos a centrarnos durante todo el curso. Por aquellas fechas, mi alumnado acababa de aterrizar en el Instituto y no estaba acostumbrado a las metodologías activas.

Todos estábamos transitando el período de adaptación de principios de curso. No me conocían bien, ni yo a ellos. De ahí surgían mis dudas. No podía existir mejor propuesta que “Somos un equipo” para conseguir nuestro propósito. Lo resumimos a continuación

OBJETIVO GENERAL:

  • Aprender a tomar decisiones y plantear el trabajo de forma colaborativa
PRINCIPALES APORTACIONES DE “SOMOS UN EQUIPO”
OBJETIVOS TAREAS – BASE
  • Reflexión sobre el significado de trabajar en equipo
  • Análisis a partir de las plantillas descargables, incluidas en el recurso
  • Elaboración de mapas mentales sobre el trabajo en equipo
  • Acercamiento a la filosofía del aprendizaje cooperativo
  • Reflexión sobre la responsabilidad de cada miembro del equipo
  • Utilización de tarjetas de roles imprimibles, incluidas en el recurso. Colocación de estas en las mesas de trabajo cooperativo
  • Diarios de aprendizaje
  • Reflexión sobre el propio aprendizaje
  • Difusión de lo aprendido
  • Producto final. Exposición, en la entrada de nuestro centro, de los materiales elaborados en el proyecto.

 

La primera tarea fue la organización de los equipos. Tuvimos en cuenta el género, las distintas capacidades del alumnado y las relaciones interpersonales que se daban en el seno del grupo clase. Desde tutoría nos facilitaron modelos de sociogramas que utilizamos para realizar esta labor con éxito.

Una vez completados los grupos, comenzamos a desarrollar las tareas seleccionadas para conseguir nuestros objetivos.

La visualización de “El árbol indio”, que aparece en la introducción de este REA, fue fundamental para que el alumnado conectara con la filosofía del trabajo en equipo.

La actividad consistía en resumir la narrativa del vídeo, asignarle un título, extraer el mensaje principal y relacionarlo con alguna experiencia personal.

La elaboración de los cuestionarios fue imprescindible para reflexionar, individualmente, por parejas y después en grupos, sobre lo que suponía implementar el aprendizaje cooperativo en el aula.

La realización de diversos mapas mentales propició la reflexión grupal e individual sobre la idoneidad de compartir tareas con los miembros de un equipo. Se elaboraron de forma analógica debido a la escasa competencia digital del alumnado y a la carencia de dispositivos con los que trabajar. Pero los resultados fueron excelentes.

A partir de las tarjetas de roles imprimibles de Proyecto EDIA, los alumnos y alumnas entendieron sin mucha dificultad las responsabilidades que implicaba el desarrollo de cada uno de estos roles.

Las tarjetas fueron colocadas en todas las mesas del alumnado como recordatorio de las funciones de cada miembro del equipo.

Durante todo el proceso la reflexión sobre el propio aprendizaje fue protagonista de muchas de las tareas realizadas. La metacognición y las rutinas de pensamiento estuvieron presentes en los diarios de aprendizaje elaborados por el alumnado.

Como conclusión hay que señalar que “Somos un equipo” cumplió con todas nuestras expectativas. A partir de ese momento del curso el alumnado quedó organizado en grupos cooperativos de manera permanente. Otros profesionales del equipo docente, aprovechando la organización del aula en grupos, decidieron implementar también en sus materias la metodología cooperativa.