Experiencia de Implantación de Software Libre en el CEIP Nº13 de Melilla

Al amparo de las enseñanzas de algunos amigos linuxeros, tenía la convicción de que el uso de Software Libre, podría constituir una herramienta válida de trabajo para alumnos y docentes de mi Centro Escolar (CEIP nº 13 Altos del Real). Además de su utilidad inmediata en la escuela, estaba y estoy convencido de que su uso cotidiano acabaría por transmitir los valores implícitos que posee: libertad a través del conocimiento, solidaridad, cooperación, mejora continua y altruismo.

La idea pues, era que el centro funcionase con Software Libre en su mayor parte, por lo que se instalaría Linux en todos los ordenadores posibles.

Para poner en marcha este proyecto, comencé por analizar el entorno en que se iba a implantar. Contaba con que existían circunstancias que dificultarían la puesta en práctica del mismo. La principal, era que en Melilla, la Administración Educativa no apoya Linux como como ocurre de forma más o menos firme en otras CC.AA. La presencia de los Sistemas Libres queda relegada a una partición que nadie usa en los Netbooks escolares, y en las aulas de los Ciclos Formativos de Informática. Esto se traduce en que no existe una cultura extendida en su uso, tanto en la ciudadanía como en el ámbito de la educación.

En mi Centro, la Dirección dio vía libre a la implantación de Linux. La posibilidad estaba condicionada a que l@s docentes podrían elegir el Nuevo Sistema o su archiconocido Windows XP. Por fortuna, en los ordenadores de los alumn@s, Linux podría correr sin ninguna traba. Si bien las posibilidades de una implantación total eran posibles, existía un riesgo muy alto de no cuajar su uso entre el profesorado. El motivo de este vaticinio, era que los docentes no habían oído hablar de Linux en su mayoría, y los que lo habían oído, no lo habían visto “ni en fotos”.

Otro lastre añadido, era que por mi parte, pese a haber usado Linux Ubuntu en el entorno doméstico, no tenía experiencia en la administración de equipos en un entorno de trabajo y volumen similar al que debía afrontar. Además, mi dedicación horaria para estas labores era de siete sesiones semanales, muchas menos de las que habían gozado mis compañer@s TIC en años previos. Por si todo esto fuese poco, mi centro, al ser de nueva creación, partía casi desde cero en lo que a implantación digital se refería.

En este contexto descrito, era vidente que existía un considerable riesgo de rechazo a la nueva propuesta que ofrecía a mis conpañer@s. Además, entre otras consideraciones, siempre tuve presente que si algo fallaba, independientemente de la naturaleza del problema, era muy sencillo culpar al Linux que había puesto el TIC en los equipos.

Si bien tenía la certeza de que la reticencia a lo nuevo podría ser vencida con los primeros usos, existía y existe un enemigo aún más duro de superar para cualquiera que intente emprender el camino que tomamos el pasado curso escolar: la poca conciencia que se tiene de lo que es la propiedad intelectual en el Software. Si bien nadie fotocopiaría un libro para ponerlo en la biblioteca escolar, no sólo no está mal visto hacerlo con el software, sino que ni siquiera bastantes de nosotros tenemos conciencia de su ilegalidad. La situación es más grave si tomamos en cuenta que ello ocurre dentro de las propias Administraciones Públicas bajo la laxa presión de las empresas perjudicadas.

Viendo todo el espectro de posibles amenazas y debilidades de la implantación del proyecto, si no hubiese sido por la fuerte convicción de que a efectos prácticos Linux es, a mi entender y el de casi todas las personas que conozco con mucho mayor criterio informático que el mío, mucho más productivo que el archiusado Windows, nunca hubiese emprendido el camino que tomé en su día. Por un lado, la no afectación de los molestos virus, y por otro, que mantiene su servicio con independencia de la carga y naturaleza del uso que le demos. Linux es sencillo de mantener actualizado, y la instalación por repositorios ahorra mucho tiempo al administrador del parque informático (labor que en los colegios recae sobre el Coordinador TIC). Otro ahorro de tiempo es el no tener que insertar claves equipo a equipo, amén de desfragmantaciones, etc. Otro plus añadido es que nos permite tener lo más moderno y es a la vez adaptable a equipos antiguos. En resumidas cuentas es de justicia afirmar que para el encargado del mantenimiento de los equipos, ¡es un auténtico chollo!

Si existía alguna situación favorable para la implantación de este proyecto en el Centro Escolar, era que nuestro Colegio era de nueva creación. A mi entender es más fácil asumir algo diferente como natural cuando es lo primero que ves al llegar a un lugar diferente al habitual. Por ello, debía darme mucha prisa en que desde el primer día, todos debían tener un Linux en su PC. El factor tiempo en la implantación corría en mi contra y sería clave para el éxito del proyecto.

A tenor de lo expuesto, solo me quedaba el ponerme manos a la obra.  Empecé a probar distribuciones sobre Máquinas Virtuales en casa: Ubuntus y derivados por un lado, y las que ya funcionaban en otras CC.AA (Linex, Guadalinex, y MAX). Apremiado por llegar a tiempo a la fecha en que los alumnos harían uso de la “Sala de Ordenadores”, opté por Linex ya que tenía un entorno amigable para los niñ@s y cubriría sobradamante sus necesidades. Además, el Linux extremeño, me ofrecía la posibilidad de poder administrarlo. A los maestr@s les puse Ubuntu añadiendo el paquete educativo (Edubuntu), y siguiendo los manuales de los amigos de sliceoflinux (web de ayuda imprescindible), procuré anticiparme a todas las necesidades que les surgirían.

Así pues, se instaló en Educación Infantil, Primaria, Ordenadores de consulta en Biblioteca, Salón de Actos, tutorías de PT, AL, Orientación y dos de los cuatro ordenadores de la Sala de Profesores (60 equipos). Quedaron fuera de este paraguas la Secretaría y la Biblioteca por necesitar programas para la gestión que corren bajo Windows (algo que espero pueda cambiarse con la ayuda del tiempo y MySQL).

Fue una pena y una suerte que el Ministerio de Educación contratase a un equipo de apoyo informático en el Segundo Trimestre. Pena, porque ellos habrían instalado todo, y suerte, porque así aprendía más. Esto último, es un motor que siempre me ha motivado mucho. Por cierto, si hubiese descubierto DRBL (Distribución LINUX que clona equipos como churros), no tendría que haber ido la de tardes que fui al cole a trabajar extra (para que digan de los funcionarios).

Tras la instalación masiva, solo quedaba esperar, no sin bastante ansiedad por mi parte. Los compañeros, no ofrecieron resistencia por aquello de los virus. La interface de Ubuntu, no les pareció difícil, y a mi se me antojó menos arriesgada que KDE. Se les facilitó el que los documentos de texto producidos por OpenOffice (hoy LibreOffice), se guardasen en formatos compatibles con sus suites ofimáticas domésticas. Se adornaron los escritorios con fondos y marcos de ventanas más coloridos que el que trae Ubuntu por defecto, y algún ajuste menor como el que los botones de las ventanas estuviesen a la derecha.

Echando la vista atrás, puedo decir que la experiencia, corre en buena dirección. Linux me permite dedicar el tiempo a otras cosas que no son formatear y reinstalar, algo vital en un Centro Educativo en el que hay muchísimas cosas por hacer. Mis compañer@s disfrutan cada día de su ordenador como si fuese el primero, y hasta algunos lo han instalado o lo van a hacer en casa, convencidos de sus ventajas.

Los problemas surgidos del día a día, no van más allá de alguna desmaquetación de algo producido en casa y abierto con el Open-LibreOffice. Esto, con algo más de manejo por su parte, sería fácilmente evitable. Si la comunidad de desarrollo del Software Libre fuese capaz de facilitar algo más aún la compatibilidad de estas aplicaciones, ganaría adeptos de forma masiva en los próximos años.

El resumen en cifras de lo que viene siendo nuestra experiencia en estos catorce meses de uso, es de 65 equipos funcionando con LINUX actualmente. Dichos equipos, han supuesto CERO €uros de coste, CERO formateos por necesidad, CERO interrupciones en su servicio y CERO disminuciones de su rendimiento. Realmente, viviendo los tiempos de convulsión económica y social que soportamos y soportaremos, pueden ser unos datos muy a tener en cuenta por las Administraciones públicas que nos guían.

Experiencias como la que lleva a cabo mi centro verifican que tomando el camino del Software libre, no solo optimizamos la inversión pública en recursos, sino que invertimos en valores y conocimiento para los ciudadanos del presente y el mañana.

Experiencia llevada a cabo por Eduardo M. Díaz Cano

Maestro de Primaria, y Coordinador TIC del CEIP Nº 13 Altos del Real de Melilla